Siempre se nos ha dicho que es muy importante el consumo de una cantidad importante de agua (8 vasos mínimo por día) lo cual aun siendo benéfico es relativo pues depende de varios factores como son el tipo constitucional de cada persona, temperatura ambiente, estación, edad, tipo de actividad física que se realiza; la ingesta de agua es necesaria a fin de proveer desde “adentro” la cantidad de liquido vital para el sostenimiento de funciones fisiológicas del cuerpo así como otras acciones que la relacionan con lubricación de articulaciones, aumento del tono muscular, eliminación de toxinas, mejora de la resistencia física, regulación de la temperatura corporal, la mejor calidad del cabello y la piel.
La pérdida de agua está relacionada con envejecimiento; a medida que nuestro cuerpo vive, la capacidad de retención del agua así como la percepción de la sensación de sed van decayendo lo cual lleva a la progresiva perdida de su cantidad dentro del cuerpo. Esto se refleja en innumerables condiciones fisiológicas entre las cuales una muy significativa es la perdida de turgencia, la firmeza de la piel y su capacidad de reparación. Y aunque lo dicho anteriormente no es nada nuevo, desafortunadamente no hay estudios suficientes, concluyentes y de largo plazo que permitan soportar esta información de una manera sólida.
La contraparte a esta situación es la que vemos con relativa frecuencia relacionada con el alto consumo de agua, ya que beber mucho y con mucha rapidez (entre 700 ml y un litro por hora) puede incluso ser peligroso al excederse la capacidad de eliminación de los riñones. La potomanía es la obsesión por beber sin tener sed (siete litros de agua al día o más). Esta conducta puede alterar el equilibrio acuoso y causar una pérdida de minerales, como el sodio, el potasio o el magnesio, y puede ocasionar calambres, cansancio, confusión mental e incluso coma.
Para NHS (el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido) la recomendación de consumo diario de agua esta alrededor de 1,6 litros de líquidos para mujeres adultas y hasta dos litros en el caso de hombres; otras fuentes señalan que para lograr la cifra exacta de consumo de agua saludablemente sería relacionando el peso corporal, pues indica que una persona de bajo peso corporal tiene menor requerimiento de agua comparado con una de peso corporal mas elevado, no existe un consenso frente al tema, sin embargo en términos generales podríamos decir que el consumo de agua es individual y depende de varios factores como los mencionados arriba, que debe considerarse dentro del valor total de consumo diario, la cantidad de agua que pueden contener alimentos como frutas y vegetales; de igual manera si es alto el consumo de proteínas se requerirá de mayor consumo de agua así como situaciones especiales de enfermedad como fiebres o diarrea. No incluir bebidas azucaradas o cafeinadas como parte de la cuenta y el agregar pequeñas cantidades de limón, bicarbonato, sal marina y miel como reconstituyentes de oligoelementos sería una opción válida para el consumo.
Por: ROSITA CASTAÑO PORTELA
Fisioterapeuta
Docente
I’ estheticista CEM