El agua es la sustancia más abundante en el planeta así como también lo es en nuestro cuerpo; líquido vital para el sustento de nuestra especie y la forma de vida que conocemos. Este invaluable recurso ha sido tratado con multiplicidad de fines desde los inicios de la humanidad los cuales van desde aspectos rituales de adoración, pasando por los de higiene y limpieza hasta aquellos que le confieren propiedades curativas.
Los tratamientos con agua se iniciaron con un manejo empírico y se comunicaron gracias a la tradición oral de las diferentes culturas, sin embargo hoy en día la ciencia sustenta ampliamente los efectos que el agua tiene sobre el cuerpo humano brindándonos la posibilidad de aprovechar todos sus beneficios, de aplicarla con certeza y fundamento a través de un sin número de técnicas y medios.
Por ejemplo, un cuerpo sumergido en agua, experimenta disminución de su peso corporal, lo cual facilita que las articulaciones puedan moverse mas libremente con menos restricción y los rangos de movimiento articular se puedan aumentar, la sensación de ligereza en el cuerpo adicionalmente da gran sensación de confort y tranquilidad lo cual sumado al sonido del agua resulta realmente relajante. La actividad física dentro del agua también posibilita el aumento de la fuerza muscular de aquellos músculos que actúan contra la resistencia puesta por el agua, mejora la respiración y la circulación sanguínea, efecto que se verá más acentuado dependiendo de las temperaturas o contrastes de temperaturas que se apliquen. Son muchos y muy amplios los efectos del agua sobre los diferentes sistemas del cuerpo humano pero también tiene restricciones e incluso contraindicaciones que deben ser bien conocidas por la persona que quiere hacer uso de esta herramienta terapéutica.
Existen gran cantidad de técnicas que en la actualidad permiten ir desde aplicaciones muy sencillas como las abluciones, los vendajes, las compresas, hasta aquellas más sofisticadas que ofrecen al usuario una gama indescriptible de sensaciones placenteras y estimulantes como las duchas circulares y las Vichy entre otras. Estas técnicas manejadas dentro de un circuito de hidroterapia promueven no solo la activación de la circulación sanguínea y otra serie de relaciones fisiológicas (lo cual es de gran ayuda en muchos tratamiento de fines estéticos específicos: celulitis, adiposidades, reafirmación), sino que también son un excelente medio para proporcionar condiciones de relajación y bienestar en los usuarios de un centro de estética o spa.
ROSITA CASTAÑO PORTELA
I’ ESTHETICISTA CEM
Fisioterapeuta
Duchas filiformes y cuellos de cisne.